Mourinho y la ética de las pequeñas cosas

Hoy quiero recomendar un texto previamente citado por otros blogs docentes (originalidad mía=0). Mercedes Pérez, médico general en Madrid, pone a nuestra disposición esta pequeña delicia:

Ojo con los grandes temas que llenan los medios (eutanasia, embriones, aborto…) Son importantes, y todos debemos tener una opinión sobre ellos y sobre cómo enfocarlos ante el paciente individual. Pero en nuestra práctica diaria vamos a encontrar muchas más oportunidades de lidiar con temas éticos, aparentemente menores, pero en los que se pone en juego nuestro verdadero estilo y valor profesional.

Mercedes Pérez nos alerta sobre la importancia ética de gestionar bien el tiempo, dejando de dedicarlo a cosas inútiles y, en ocasiones, ponzoñosas, para dedicárselo a lo verdaderamente necesario. Cuestiones como la relación con la industria, la prevención cuaternaria y la ley de cuidados inversos andan por ahí.

Nos alienta a mantener un trato cortés y empático con pacientes y familiares, sean cuales sean su aspecto, patología, clase social o prejuicios que nos despierten. Es una cuestión de ética y de efectividad.

El manejo de la incertidumbre consustancial a nuestra práctica, manteniendo unos altos estándares de calidad científica que eviten que caigamos del lado de la (cito) irracionalidad romántica (todo para el paciente) y la irracionalidad técnica (todo para la organización). El manejo de los errores que siempre van a aparecer es otro de los aspectos que toca.

Cito también la conclusión:

En la práctica clínica nos jugamos nuestros valores, aquello que apreciamos más los médicos y pacientes. En torno a esos valores hay de continuo cuestiones éticas que consideramos “pequeñas” frente a las “importantes”. Pero las cuestiones éticas ni son grandiosas, ni son teóricas, ni son excepcionales. Las cuestiones éticas son prácticas, frecuentes e importantes y exigen el compromiso profesional, científico y humano del médico general.

Las cuestiones éticas pequeñas son las que nos definen. Uno no elije a sus amigos ni a sus amores por sus opiniones respecto a temas grandiosos (la vida, la muerte, el ser, la nada…) si no por su comportamiento diario, su amabilidad, empatía, entereza, fiabilidad.

Como ejemplo actual, Mourinho puede ser un entrenador de fútbol con un palmarés grandioso y un futuro espectacular, pero su actitud ante las pequeñas cosas (su soberbia con los que son más humildes que él, el gusto por la marrullería técnica y dialéctica, su mueca despectiva) denotan unos rasgos de personalidad que no deberían ser alentados. Mourinho ha triunfado y lo seguirá haciendo, los suyos lo adoran, pero ¿querrías que tu médico de cabecera se comportara como Mourinho? Yo no querría que entrenase a mi equipo (y eso que no nos vendría mal)

Mientras llega el lunes el partido, leed a Mercedes Pérez y que gane el mejor.

Conflicto de intereses: es público mi amor por los blanquillos del león. Mi hijo mayor es del Barça y mi padre del Madrid.

 

2 comentarios sobre “Mourinho y la ética de las pequeñas cosas

  1. Excelente entrada Bernardino… llevas razón… los grandes temas ocultan los pequeños.
    Hace unas semanas un compañero veterano, me decía que había descubierto esto de la prevención cuaternaria y estaba entre fascinado y asustado, por la cantidad y calidad de «nocere» que se podía hacer con un boli y un talonario. estaba reconsiderando cada tratamiento, cada derivación, cada paciente… Pero se encontraba con varios obstáculos: Su propia inercia terapéutica, el gigante come-todo hospitalario… y el propio paciente, muy a gusto y respaldado con sus especialistas (cuantos más mejor, que para eso pago) y sus muchas medicinas (que si existen son buenas y para curar).
    Es un tema realmente serio.
    Un abrazo fuerte.
    PD: Barça 0 – Real Madrid 2 (Benzema y Cristiano). Soy mu blanco.

  2. Hay una frase de la película ” El Doctor” (muy recomendable si no la habeis visto) que me llamó mucho la atención, dice más o menos así ( refiriendose el DR a una médico con alto nivel técnico pero poco humano)… ” tarde o temprano todos vamos a ser pacientes/enfermos y entonces usted no querrá que la traten como trata usted a sus enfermos…” Es la más absoluta de las verdades.
    Durante las últimas semanas, me ha tocado estar ( a nivel personal y familiar) más en la otra parte de la mesa, en la del lado del paciente, es cuando te das más cuenta de esta afirmación.
    No me gusta generalizar, pero ahora lo voy a hacer, los médicos en general, damos mucha importancia al aspecto técnico/científico de nuestra profesión pero muy poca al aspecto humano: comprensión, empatía, cordialidad, explicación, tener en cuenta la opinión del paciente, etc.
    No entiendo mucho por qué sucede esto, si está lleno de artículos, textos, etc que se habla precisamente de todo esto, ¡vamos que está de moda¡, pero me llama mucho la atención este tipo de actuación, y más aún en médicos jóvenes, sobre todo «especilistas·, muchos de ellos en su periodo de formación ¿qué estamos haciendo mal?
    Un abrazo para ambos
    PD No me gusta el fútbol, así que gane el mejor… A mi personalmente me gusta más Pep Guardiola que Mourinho

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