Hoy sabemos que… s03e02

Nuestro tutor de MFyC Ignacio Ramírez nos recuerda que el ejercicio y los fármacos son potencialmente similares en cuanto a sus beneficios en la prevención secundaria de la mortalidad por cardiopatía coronaria, en la rehabilitación después del accidente cerebrovascular, en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca y en la prevención de la diabetes. Lo dice este artículo recientemente publicado:

Naci H, Ioannidis JP. Comparative effectiveness of exercise and drug interventions on mortality outcomes: metaepidemiological study. BMJ 2013;347:f5577

Del que hemos tenido referencias gracias al blog del PAPPS.

papps

23 horas y media

Nuestra compañera Patricia Lorente nos hace llegar este vídeo, perfecto por el mensaje (el mejor tratamiento para mejorar la salud de nuestros pacientes, y la nuestra), las fechas (repletas de buenos propósitos para el nuevo año) y el medio utilizado (un vídeo fantástico apto tanto para profesionales como para pacientes). El autor es Mike Evans. Como él confiesa, interesado en la mejor información para mejorar la atención primaria, pasó de centrarse en los profesionales para hacerlo en los pacientes.

Vosotros no sé, pero yo me voy a dar un paseo.

baby walk

Prescripción individualizada de ejercicio físico II: Anamnesis

Tal y como comentábamos hace unas semanas, hay que realizar una correcta prescripción de ejercicio con una posología adecuada como si fuera de un medicamento.

Antes de todo, es conveniente identificar el grado de nivel de actividad física actual. Para ello, es importante realizar una anamnesis detallada sobre las actividades cotidianas tanto en su tiempo libre como en el campo laboral. No nos sirve el típico “yo no paro en todo el día” ni el “yo vengo cansado del trabajo”. No hay que menospreciar la carga laboral pero es importante saber qué tipo de actividad se realiza. No será lo mismo la actividad que realiza un cartero (todo el día caminando) que la que realiza un ama de casa (actividades aeróbicas y anaeróbicas poco intensas y poco mantenidas) o un administrativo (prácticamente sedentario) o un albañil (principalmente un trabajo de fuerza).

Cuantificar la actividad física realizada puede ayudar a detectar sedentarismo, así como para tipificar el control de un buen hábito en actividad física. Existen numerosos métodos validados para valorar la actividad física y ninguno muestra diferencias significativas en cuanto a su eficacia respecto de los otros. Se pueden clasificar en métodos subjetivos, como pueden ser tests de actividad física, y métodos objetivos de alta complejidad, como el agua doblemente marcada y la calorimetría, y métodos objetivos de baja complejidad como la monitorización de frecuencia cardiaca, los acelerómetros y los podómetros. En los últimos tiempos, adquiere relevancia el podómetro como herramienta más generalizada en los diferentes estudios para medir la actividad física e incluso se viene utilizando como herramienta de intervención de promoción de actividad física.

Si resulta que el sujeto ya realiza una actividad física en su vida cotidiana adecuada para su edad y su patología, la actitud es clara: reforzar esa actitud y animarlo a que continue con ello. Si por el contrario es sedentario o la actividad que realiza es insuficiente deberemos realizar una prescripción de ejercicio. Es posible que una patología determinada pueda modificar la prescripción, pero en las próximas semanas iremos especificando la prescripción en cada una de las patologías más prevalentes, sin olvidar nunca que la prescripción de ejercicio es individualizada y por lo tanto es muy difícil generalizar y realizar pautas estándar.

Siguiendo con la anamnesis es importante preguntar sobre los antecedentes de ejercicio y de deporte así como sobre los condicionantes que pueden ayudar y/o perjudicar: climatología, accesos a centros deportivos, apoyo y entorno familiar y de amigos, horario de trabajo, carga laboral/doméstica, condicionantes económicos, etc. También es esencial preguntar y explorar sobre las expectativas, miedos, prejuicios, etc que puede tener el sujeto a la hora de practicar ejercicio o deporte.

El siguiente paso sería explorar en que estado del cambio de conductas según el modelo transteórico de Prochaska y Diclemente. Si se encuentra en una etapa precontemplativa no nos quedará otra que dar consejo e información de los beneficios de la actividad física para su salud y estar a la expectativa que pueda cambiar en próximas visitas. Si en cambio se encuentra en una fase contemplativa o de preparación podemos orientarlo realizando una prescripción. Es en ese momento donde podemos y debemos intervenir realizando un plan de actividad física y de ejercicio.

Manuel Sarmiento Cruz